lunes, 13 de julio de 2009

El diario de la tibia (diario íntimo de Roderico)


Querido diario:

Hoy, por la tarde, fuimos a enterrar a la tortuga grande. Abrimos una fosa bajo el rosal con ayuda del cucharón de la sopa. Me he quedado con la duda de si utilizaremos de nuevo tan vital utensilio doméstico. Pero mi ama no anda de humor para dar respuestas. Ella dice que está triste porque se murió la tortu; pero en realidad la culpa la mordisquea. Ella la mató, ya sabes como es, siempre jugando a estar ocupada. La muy tonta, por escribir historias que nadie lee, dejó a las tortugas sucumbir en su putrefacción. Ni modo, por lo menos a la pequeña no la mató.

Creo que la tortu muerta se va a ir al infierno porque justo a la hora que realizamos el entierro el cielo todo estaba enrojecido. Mi ama dijo que era un crepúsculo citadino, pero ella no sabe nada: era el infierno que abría el portón para que la tortu entrara.

Es hora de partir a realizar mis labores domésticas antes de que mi ama se despierte. Ya sabes cómo le gusta el café recién hecho por las mañanas (aunque sus mañanas son relativas).

En espera de nuevas anécdotas,
tuyo, y egregio,
Roderico.

3 comentarios:

francisco javier casado dijo...

os echaba mucho mucho taaaanto
de menos

ay

yo

Rax dijo...

Usté no la mató. No se sienta culpable, ánimo y apapacho.

Alejandra Mondaca / Séptimo Sentido dijo...

Querido Roderico:

Antes que nada disculpame por el atrevimiento de llamarte "querido" pero los blogs son así y uno de pronto se encariña con quien menos piensa -como mayordomos irreverentes y cosas así-. En segundo lugar me gusta la manera en que plasmas tus optimistas ideas en tu diario, no dejes de hacerlo!

p.d. Y sí, ya sabemos que las mañanas de tu ama lo son sólo en su imaginación. Jeje