lunes, 5 de abril de 2010

Utopía

¡Que sean cada día menos quienes viven en la ociosidad, que se vuelvan a cultivar los campos, y que vuelva a florecer la industria! Sólo así volverá a ser útil toda esa chusma que la necesidad ha convertido en ladrones o que andan como criados o pordioseros a punto de convertirse también en futuros ladrones. Si no se atajan estos males es inútil gloriarse de ejercer justicia con la represión del robo, pues resultará más engañosa que justa y provechosa. Porque, decidme: si dejáis que sean mal educados y corrompidos en sus costumbres desde niños, para castigarlos ya de hombres, por los delitos que ya desde su infancia se preveía tendrían lugar, ¿qué otra cosa hacéis más que engendrar ladrones para después castigarlos?

Tomás Moro, Del estado ideal de una república en la nueva isla de Utopía, 1516

jueves, 1 de abril de 2010

La ciudad del arcano sin número


Lejos de cualquier superstición, de cualquier creencia en el poder adivinatorio o de cualquier connotación religiosa, disfruto contemplar y aun coleccionar mazos del Tarot. Imagino cada carta como un ojo de agua donde se reflejan arquetipos, alegorías y metáforas que sintetizan la civilización de Occidente. Acaso las cartas representan la posibilidad de nombrar de otra forma lo ya nombrado. Así ocurre con la palabra escrita y con ciertos libros: se nombra lo que ya ha sido nombrado pero con sonidos y vocablos que nos muestran aquello que no hemos sido capaces de aprehender. Como si un alquimista reinventara el esperanto. [...]

A quien le interese visitar La ciudad del arcano sin número, compre su boleto para el suplemento Guardagujas.

Vayan, lean, imaginen.

p.d.: gracias a los que escriben y me permiten decir algo; gracias a los que publican ese algo que tenía que decir.