jueves, 30 de julio de 2009

Reloj de sol


Para mí, dormir por la noche es un gran logro que se desvanece horas después de despertar. Si duermo de noche tengo sueño todo el día; si duermo en el día puedo quedarme despierta 24 horas consecutivas. Algunos opinan que tengo un desorden de sueño; otros apuntan a mi digesta diaria de cafeína. Y no falta el que culpa al maldito cigarro. Creo que todos están equivocados. La culpa (si se le puede llamar así) la tiene el Gran Relojero.

El Gran Relojero es un señor bajito, muy viejo, que se encarga de colocar relojes en el seso de los recién nacidos. Así, sin más, como quien le pone baterías a un juguete nuevo, coloca el relojito en el lóbulo izquierdo del bebé en turno. A algunos les toca reloj digital, de pulso, análogo y hasta molecular. A otros les toca un cu-cu, uno de péndulo o un ruidoso despertador.
Pero ocurre que el Gran Relojero siente aún (es muy viejito) gran empatía por los relojes de arena y los de sol.

A mí me tocó un reloj de sol, por ello mis noches no están sujetas a horario alguna. Sólo durante el día tengo conciencia del paso del tiempo y sé que debo de dormir, y sé que he descansado y que es hora de despertar y de hacer lo que debo y lo que quiero hasta que el siguiente amanecer me indique que la jornada ha terminado. Lástima que el mundo me exija estar despierta de día, siempre tan temeroso de la oscuridad.

lunes, 27 de julio de 2009

Lunes de Arcanos


Los que han seguido mi blog anterior, y los que me conocen en persona, saben que uso las cartas del tarot. Poco me importa si alguien cree en ellas, si disfrutan de las diversa iconografía o si las han etiquetado de superstición. Yo las uso y eso basta, aunque también las comparto con quien se cruza en el camino.

Los lunes elijo una carta que aplica toda la semana. Cada cabeza es un universo. Cada persona transita caminos diferentes. Pero se me ocurre que "mi carta" puede ser la de otros. Y enfin, si alguien llega por aquí, o disfruta como yo de jugar con las cartas, algo encontrará.

Carta de la semana: La Torre o La casa Dios (Invertida)

Este arcano mayor nos habla de transformación y movimiento. Algo el plano terrestre se sacude y nos lleva a elevar la mirada. Pero al estar invertido debemos descubrir si el cambio está en marcha o si algo o alguien (nosotros mismos) lo detiene. Dentro de la secuencia de las cartas La Torre sigue a El Diablo y es la antesala a La Estrella. En lo personal El Diablo suele impedir que La Torre me lleve a La Estrella, una de mis cartas predilectas pues contiene mi mundo creativo y mi fe en lo que hago y en la gente que me rodea. Cada uno ha de reconocer el rostro de su propio diablo para intentar dominarlo y así continuar el camino que nos lleva a la estrella. En el plano cotidiano esta carta me pone alerta, el movimiento puede desatarse en cualquier esquina, con cualquier encuentro. Se debe cuidar la casa interna y la externa. Los lazos con La Estrella pueden asomar en estos días, aunque encontrarlos resulte arduo. Las transformaciones no siempre son bienvenidas, pero son necesarias (y a veces inevitables). Va.

domingo, 26 de julio de 2009

Cinco años de Osiazul


Y así, sin pena ni gloria, dejé pasar el quinto aniversario de Osiazul. No creo continuar con la ardua tarea de digitalizar textos y ponerlos a flotar en la red. Pero debo terminar el apartado de los cuentos rusos, el más exitoso del sitio y por el cual recibí correos entrañables. En esta actualización de aniversario he añadido el link para los textos en línea de La Guillotina: son gratis, son hermosos y basta un click para llegar a ellos. Sea.

jueves, 23 de julio de 2009

Pertenecer


Tardé años en entender lo que era el sentido de pertenencia y su origen primitivo. Solía atormentarme el no pertenecer a ningún grupo social aunque solía convivir con tantos y tan variados. Descifraba los cánones a seguir para integrarme, pero no lograba encontrar el nicho ideal.

Hace tiempo que ya no busco pertenecer. La gente que me rodea pertenece a distintos clanes. Disfruto ser el visitador de sus pláticas, sus imaginerías y sus pasiones. Mas cuando siento que me envuelven de más, me aparto unos días. Entonces desde afuera observo sus edificaciones donde se sienten protegidos, a ratos casi ungidos. Miro, también desde afuera, las ventanas pequeñas con sus vidrios de colores diversos. Y recuerdo cómo se ve el mundo a través de ellas. Comparo y trato de entender todos los puntos de vista para asir el horizonte todo.

Y a ratos temo quedarme atrapada en algún rincón tras mis visitas, para convertirme en guardiana de los cánones de tal o cual grupo. Temo quedarme sentada en un trono ficticio gobernando mis dominios y glorificando mi humana mezquindad. Entonces me dedico a contemplar las cosas sencillas como el polvo sobre el alféizar, las migajas sobre la mesa o la espuma que limpia mi loza.


Nota: fotografía "robada" a Francisco Javier Casado.

miércoles, 22 de julio de 2009

martes, 21 de julio de 2009

Falso pescado


Un pescado siempre es un pez muerto, pero un pez muerto no siempre es un pescado; lo sé al observar lo que queda de mi pez ángel en el fondo de la pecera. Yo no lancé redes o anzuelo, pero está bien muerto

Mas si Alicia conversó con la falsa tortuga y ya que la muerte chapotea en mis peceras, creo que podría conversar con el falso pescado. Aunque resultará complicado porque ha dejado de ser un falso pescado completo, sólo es un trozo, un jirón escamado. No lo saqué a tiempo, al ver sus ojos reventados me dio asco y su compañero de andanzas se ha dedicado a devorarlo.

Ayer comí pescado frito, pero era real no falso. Me preocupa el pez ángel canibal, no creo que comer falso pescado sea sano. En unos días sabré si se ha alimentado de proteína o simplemente ha devorado muerte.

Lo sé, a mi tortuga claro que la enterré, pero ella no era falsa. Y allá duerme, bajo el rosal. El falso pescado merece su ataúd de tripas.

Me voy a conversar con el falso pescado antes que desaparezca por completo. RIP.

lunes, 20 de julio de 2009

Patitas


En algunos códices el camino se simboliza con el glifo de la huella de un pie. No hay misterio alguno en su representación. Lo observamos y reconocemos de inmediato su significado.

Hace unos días lleve mis pies a revisar. Le sacaron huella a cada uno las cuales mostraron deformidades y pisadas erráticas. Las plantillas sanadoras vienen en camino.

Ahora me detengo a contemplar mis pies, antes me limitaba a guardarlas en sus zapatos y a darles la orden para andar el camino. Creo que las manos siempre han tenido el lugar de honor en cuanto a contemplación y representación gráfica se refiere. Como si el hecho de estar más arriba, más cerca de los cielos, les otorgara un dejo de divinidad. Los pies andan allá abajo, sobre el suelo, cerca de los gusanos, cerca de los infiernos. Pero basta sentir un dolor indefinido en el cuerpo para descubrir su rostro verdadero: el del ángel caído que ha sido desterrado porque conoce toda la realidad de nuestro camino andado.

viernes, 17 de julio de 2009

Perros muertos


Hago lo necesario para no perder asidero con la realidad. Emprendo labores ordinarias, escucho las voces de los transeúntes y toco la corteza de los árboles o el metal hirviente de las cajuelas de los coches. Pero los espectros se agazapan en mi cotidianeidad.

Nunca he temido a los perros, hasta hoy. Desde hace un par de días, mientras camino por la avenida, los perros callejeros me saludan: me descubren a distancia y comienzan a mover el rabo, fijando sus ojos de canica en los míos asombrados. Cuando paso a su lado me olisquean y me siguen. Temo que me muerdan la pantorilla, aunque de reojo veo que siguen moviendo su rabo.

Y busco respuesta a esta extraña empatía, y creo que mi olor ha cambiado o el del detergente que purifica mi ropa, o el de los líquidos espesos que nada pueden contra mis canas. Mas luego creo que los personajes de mis historias han huído de sus hojas o que todos los perros muertos que he visto andan sueltos por las calles. Unos y otros, seres imaginarios, me acosan. O tal vez sólo buscan derribar el asidero para que me pierda, nuevamente, en los mundos que temo crear.

Nota: El cuadro es de un pintor recién descubierto, vayan y devoren el color de Pablo Scioti.

martes, 14 de julio de 2009

De regreso a la carne


Me he imaginado como un gran bife en movimiento; grande, estriado,enrojecido corriendo por la avenida. Si encontrara la plancha adecuada sería todo un manjar: jugoso, con una porción generosa de grasa que crepitara invitante sobre las brasas ardientes.

Ya no soy huesos, vísceras y músculos sino un músculo todo que sube y baja la avenida huyendo de sí mismo.

Me he imaginado como un corte suculento que se aleja del universo de las ideas y de la palabra escrita, para sólo dejar una estela sanguiñolienta en este mundo de sinsentidos.

Y corro y me retuerzo y me sacudo como lo haría un bife gigantesco; huyendo de sí mismo, soñando en parrillas gigantescas y en bocas gargantuescas que me aparten de la putrefacción y sus blancos gusanos.

lunes, 13 de julio de 2009

El diario de la tibia (diario íntimo de Roderico)


Querido diario:

Hoy, por la tarde, fuimos a enterrar a la tortuga grande. Abrimos una fosa bajo el rosal con ayuda del cucharón de la sopa. Me he quedado con la duda de si utilizaremos de nuevo tan vital utensilio doméstico. Pero mi ama no anda de humor para dar respuestas. Ella dice que está triste porque se murió la tortu; pero en realidad la culpa la mordisquea. Ella la mató, ya sabes como es, siempre jugando a estar ocupada. La muy tonta, por escribir historias que nadie lee, dejó a las tortugas sucumbir en su putrefacción. Ni modo, por lo menos a la pequeña no la mató.

Creo que la tortu muerta se va a ir al infierno porque justo a la hora que realizamos el entierro el cielo todo estaba enrojecido. Mi ama dijo que era un crepúsculo citadino, pero ella no sabe nada: era el infierno que abría el portón para que la tortu entrara.

Es hora de partir a realizar mis labores domésticas antes de que mi ama se despierte. Ya sabes cómo le gusta el café recién hecho por las mañanas (aunque sus mañanas son relativas).

En espera de nuevas anécdotas,
tuyo, y egregio,
Roderico.

jueves, 9 de julio de 2009

Apio


Como cuando era niña, todavía me maravilla encontrar la rosa oculta al cortar el tallo de un apio. La dejo a la vista mientras cocino, y siempre siento algo de tristeza al arrojarla al bote de basura.

Entiendo la palabra "apio" cuando muerdo una rama crocante o cuando mordisqueo las hojas de sabor picante. Pero dejo de entenderla cuando preparo la sopa que hacía mi abuela: apio rebanado, arroz y caldillo de jitomate. La sopa posee más los sonidos suaves del inglés "celery".

No creo que la sopa de apio sea la mejor receta de mi "sopiario", pero sí es la más entrañable, la de sabor a infancia. He perdido la cuenta de las rosas ocultas descubiertas, pero cada una de ellas me lleva de regreso a la puerta de vidrio de una cocina extinta, a la higuera y a mi abuela frente al fogón.

martes, 7 de julio de 2009

Tras el conteo (en las criptas)


Tras el conteo, aquí en las criptas, yo soy la más sorprendida. Pensé que los huesos eran más sensatos, ya hasta había preparado mi discurso de agradecimiento. Pero el Partido Cerealista perdió. Quisiera decir que aquí, bajo tierra, todo es aullido y desilusión. Pero no, en las criptas hay gran fiesta: los muertos paleros celebran la victoria de Bolsomonstruo.

A estas méndigas creaturas fantásticas no se les puede dar un ápice de realidad porque terminan tomándose todo muy en serio. Mi contrincante no sólo ha obtenido la victoria sino que ha establecido una monarquía subterránea (él como rey, por supuesto).

Soy buen perdedor, pero cualquiera se encabronaría al mirar a Roderico: ha sido nombrado "Monseñor Absoluto de los Nichos". Sí, cualquiera se encabronaría y meditaría en regresar al cielo abierto al saber que he sido nombrada "Bufón Muy Gracioso del Reino (y sus periferias)". Bah, eso me pasa por jugar a la democracia con estos jijos muertos.

domingo, 5 de julio de 2009

A votar


Más allá de mi Partido Cerealista y del mítico Bolsomonstruo, y del barullo en las criptas, hoy sí voy a votar. Y lo repito, no creo en ningun partido ni en candidato alguno. En esta república bananera la democracia es un mal sueño. Y nuestros dirigentes unos estúpidos. Pero hoy me vestiré con mi traje de domingo y andaré la colina: tomaré mi papelito, lo marcaré, lo doblaré y lo arrojaré a la urna. Votaré como homenaje a los hombres y mujeres que dedicaron su tiempo para que en México, el 17 de octubre de 1953, apareciera en el Diario Oficial el decreto en el que se anunciaba que las mujeres tendrían derecho a votar y ser votadas para puestos de elección popular. Votaré como homenaje a aquellos que han tenido la esperanza que no tengo y la fe que sé vano sueño. Hagan lo mismo, vayan, voten por los patéticos rostros de las pancartas o anulen su voto; pero disfruten del acto de hacerlo por sí mismos sin que otros llenen las urnas con falsas cruces o les prohiban hacerlo por ser mujeres. Va.