lunes, 31 de agosto de 2009

Lunes de Arcanos


Carta de la semana: cinco de bastos (invertido)

Los cincos señalan un conflicto, pero aunque se haga presente la carta nos recuerda la postura de El Emperador de la semana pasada. El elemento fuego nos urgiría a emprender una acción, mas la carta invertida es una advertencia de que esta batalla no es limpia, las reglas de este juego nos son desconocidas. No podemos permanecer al margen de los sucesos, pero se debe evitar actuar impulsivamente. Para evitar guerras inútiles, o destructivas, el fuego debe recurrir al su elemento ordenador: el aire. El Emperador lo posee. Los actos han de ser "fríamente calculados". Para las personas reactivas (como yo) esto puede resultar desgastante. El elemento fuego es acción, y enseñarle a contenerse resulta un reto. Los arcanos mayores V y XV (el espejo) estarán presentes. Queda desear que El Emperador nos acompañe nuevamente esta semana.

jueves, 27 de agosto de 2009

Vegetando


Hay días en los que sólo vegeto, en los que olvido cómo jugar a que creo y deseo. Me quedo quieta, y dejo que los días se despeñen y se hundan en su negrura.

Saboreo la tierra que he guardado entre los dientes y dejo que corran las lágrimas que he robado a la lluvia. Vegeto y escucho mi corazón que imagino como un betabel maltrecho. Me resigno ante la imposibilidad de todo y de todos.

Cierro los ojos para no ver más las miradas insípidas de los que reptan por las calles. Cierro el laberinto para no escuchar palabras de ceniza, y cierro las fosas para olvidar la putrefacción que todo lo acaricia.

Y hay días así, en los que ya no elevo la mirada, y busco nicho bajo la tierra, donde los gusanos ciegos erigen catedrales a los dioses que se han ido.

lunes, 24 de agosto de 2009

Lunes de Arcanos

Carta de la semana: El Emperador

Justo ayer alguien me dijo que no bastaba la pasión ni el coraje para gobernar sino tener la cabeza fría. De los numerosos aspectos del arcano mayor El Emperador creo que debo centrarme en el de la estabilidad vía la sensatez del pensamiento y de los actos. El Emperador nos ordena no perder la cabeza. No hay batallas que librar ni tiempo para ensoñaciones. Es la semana del hacer y el pasado que toque a la puerta debe ser tratado como tal. Se ha de tener conciencia de todos los 4 que posee el tarot para reconocer la fuerza y el punto débil de los cuatro elementos que nos acompañan en esta etapa. El cuatro nos llama a guardar la armonía, pero tomando las riendas de nuestro imperio personal. No hay lugar para dudas o miedos; la presencia del Emperador nos ayuda a trascender nuestras inseguridades. El papel del padre tendrá su estelar esta semana. Veremos...

domingo, 23 de agosto de 2009

Ventanas


Sé que un arquitecto sabe la respuesta, y aun podría darme una cátedra sobre ventanas. Y creo que podría defenestrar mis teorías. Pero supongo que las ventanas fueron creadas para ayudar la ventilación de los cuartos, para asistir en su iluminación, para equilibrar su temperatura o permitir a los vigías avistar al enemigo. Al principio habrá bastado un boquete en la pared, mas el hombre siempre curioso se ha aplicado, ya por siglos, en la estética de la ventana.

Creo que lo dicho no es del todo cierto. Imagino que alguien, dentro de su recinto, descubrió la brevedad ante el paso vertiginoso del tiempo. Y supo que la memoria tenía límites y era tan perecedera como un trozo de col. Y así, sin más, inventó la ventana como vía para suspender en el tiempo lo visto. Fue todo un visionario, y hasta podríamos nombrarlo precursor de la fotografía. Pero contraria a ésta, la imagen de la ventana es íntima, es única e intransferible. La imagen vista a través de la ventana se transforma cada segundo.

Las ventanas pueden ser evocadas con la palabra escrita, pero el lector siempre interpretará y hará suyo lo descrito. Sólo existe una forma de poseer las ventanas y es el de grabar en la memoria la imagen descubierta. Mientras el tiempo sigue su vertiginoso designio, uno puede detenerse a recordar las ventanas aprehendidas. Sus imágenes son segundos robados al infinito; son la posibilidad de intuirlo.

jueves, 20 de agosto de 2009

Cumpleaños


El cumpleaños pierde algo cuando:

1. El colocar el número de velitas indicado sobre la superficie del pastel impide que el cuchillo trace la figura de una rebanada impecable.

2. El número de velitas indicado sea sinónimo de incendio inminente.

3. El número de velitas indicado es inferior al número de recuerdos que nos acompañan día tras día.

Pero está bien, me deseo un feliz cumpleaños; total, no tengo la certeza de llegar al siguiente. Nadie la tiene.

pd: ¿y el pastel?

martes, 18 de agosto de 2009

Llamada


Ahora dudo si el vivir aislada de todo y de todos es una buena opción. Hasta ayer no tenía idea alguna sobre las "llamadas de extorsión" que se encuentran en el sabroso menú del crimen organizado de Bananalandia.

Suena el teléfono y corre uno a contestar. Del otro lado un grupo ha escrito su guión, lo ha ensayado y esperan como recompensa de su actuación la fabulosa cantidad de 300 mil pesos. Uno espera que cualquier pesona con sentido común colgará el teléfono después de la primera línea: me subieron a una camioneta.

Pero conmigo tuvieron suerte. Por un segundo no dudé sobre la veracidad de aquella voz aterrada, por un segundo creí que era mi hija, o la hija de alguien más. Por un segundo fui presa del terror; y ese lapso bastó para escuchar el guión completo con su gala de violencia, con su voz masculina, con su perfecta dicción y su acento de extranjero. Mas el montaje no fue un éxito rotundo, aunque hubiera estado dispuesta a participar no poseo los 300 mil pesos para comprar mi papel en la obra.

Conozco mis miedos, los más sutiles y los más profundos, y sé que hay gente que puede realizar marionetas con los rostros de esos demonios y hacerlos bailar en mis días. Pero esta certeza no me sirve, nada puede contra mi asombro, nada puede contra mi decepción. Sólo mi necedad me lleva a buscar luz bajo las piedras y con una frágil voluntad cierro los ojos para no ver las sombras constantes sobre la faz de la tierra. Malamente me basta una llamada absurda para dejar de buscar pavesas en la cotidianeidad. Y sin más una tristeza conocida regresa para transformarse en mi estigma: el odio atroz.

Lunes de Arcanos (atrasado)


Carta de la semana: ocho de pentáculos

Y tal parece que al final del octavo mes el número ocho nos observa. La Luna y La Justicia siguen en el ambiente. Lo que es justo, la intuición y el equilibrio de los elementos de semanas anteriores deben materializarse y tomar sentido a través del trabajo. Pero este llamado a la labor no se relaciona con la estabilidad material, como se suele creer al ver pentáculos en el camino. Se trata del trabajo como vía de enriquecimiento interno que debe tener como objetivo el dar algo al mundo exterior. Pero la realización del mismo no es sinónimo de tersura. Los arcanos mayores asociados, y las cartas de semanas anteriores, señalan estructuras mentales y espirituales anquilosadas que se interpones en nuestra actividad. Queda observar los 8 de todos los elementos para hacer uso de nuestro don y ubicar el que resulta nuestro talón de Aquiles.

viernes, 14 de agosto de 2009

Espera


Día y noche espero la lluvia. De su ausencia me consuela un cielo encapotado de nubes que parece la colcha de un coloso quien, cansado del odio, se ha quedado dormido frente al hogar.

Espero día y noche mientras construyo un muelle al pie de mi ventana. Ahí atracarán bergantines de hielo y barquitos de papel que construyen los pescadores muertos.

Y mientras espero creo escuchar el canto de los ahogados convertidos en jirones que cuelgan en las ramas de los árboles que celebran la sequía.

Ya vendrán las medusas que cuentan leyendas, los crustáceos que se persignan y las estrellas que se suicidan sobre la superficie iluminada por los faros que son tuertos.

miércoles, 12 de agosto de 2009

Cítrico


Cuando el resfrío asoma apuramos el vaso de jugo de naranja o nos resignamos a gesticular mordiendo una rodaja de cualquier cítrico. Y nadie rechaza la versión práctica de la vitamina C efervescente. Mientras la acidez inunda nuestro paladar y recorre la garganta irritada sentimos que sanamos.

Y no sé, creo que este resfrío sólo es un reflejo de otros resfríos. Tengo frío en los huesos, en el espíritu, en la sesera y en el corazón.

Por esto, he decidido cavar una gran fosa allá afuera, en el jardín comunitario; luego recorreré los mercados y autoservicios de la ciudad para vaciar mis cuentas comprando todos los cítricos de la ciudad.

Así es, haré una gran alberca de jugo, para arrojarme y arrojar a todos. Y que sanen los que tengan que sanar, y que se desintegren los que estén de más.

lunes, 10 de agosto de 2009

Lunes de Arcanos


Carta de la semana: ocho de espadas

Y seguimos en la secuencia de las espadas. El salto del seis al ocho nos deja claro la presencia de conflictos interiores, pero también exteriores. La sombra de la Torre está en ella. Lo que ocurre en el entorno desestabiliza al yo más de lo que uno quisiera. La ausencia del siete señala el talón de Aquiles de la situación. La semana pasada evoqué el arcano mayor Los Enamorados para fluir hacia los números siete (arcanos menores y mayores). Creo que debo evocarlo de nueva cuenta pues esta semana el ocho implica La Justicia y La Luna: los días se desdibujan y, en lo personal, corro el riesgo de sopesar todo y a todos con mi yo implacable, y caer en esos estados de neurosis tan adictivos. No todo en el ocho de espadas es imaginario, pero se ha de tomar distancia para intentar ver con claridad el conflicto (externo e interno). Esta carta nos urge a la objetividad para reconocer los resortes que nos regresan al lugar de donde creemos haber partido.

domingo, 9 de agosto de 2009

Evanescente


Y aquí sólo se trata de evanescer con los días, de asir los vestigios de las voces que en susurros dicen ser nuestras cuando lo cierto es que buscan al amo en el primer transéunte que les promete un nicho donde ser veneradas.

Aquí todo evanesce: la voz de los niños, la pupila del asombro y el corazón azulado de los amantes que han dejado de ser nuestros; aunque lo cierto es que lo que ha sido forma una estela de aromas extintos.

Queda elegir ciertos lienzos de la memoria para colocarlos sobre el muro que nadie ha construído, y entonces esperar que el curador arranque las tachuelas invisibles para que el que observa sólo se contemple a sí mismo.

jueves, 6 de agosto de 2009

Píntame un cordero


1. Uno sabe que ha dejado la niñez atrás, muy atrás, cuando habla de su "Yo niño" como si hubiera sido un prodigio. A más de uno he oído platicar anécdotas de su infancia, de cómo cuando niños eran tan luminosos, curiosos, afanosos, talentosos y demás "osos" de un genio nato. A más de uno he escuchado hablar de sí mismos tal como un padre o una madre hablarían de sus vástagos. Y así, toda la vacuidad del adulto termina por diluir al niño que fue. Será que el adulto no entiende que su grisura no es propia de la infancia; que un niño no necesita títulos, abalorios, preseas o fuegos de artificio para destacar, puesto que la infancia es brillo per se.

2. Alguna vez traté de recordar mi primera lectura de El Principito recreando los capítulos leídos. En algun sitio todavía existe aquél libro delgado y con garabatos en las portadillas. Es un libro propio de las manos de un niño, no así mi libro de adulto con su pasta dura y su edición bilingüe.

3. En el libro delgado me reí del dibujo de la boa voraz, amé el dibujo de los baobabs, me aburrieron los planetas, nunca amé a la rosa, sonreí con el zorro y temí al relámpago amarillo. No lloré la partida del Principito. Pero sí lloré al descubrir que el adulto se había quedado triste por siempre, porque el niño de rizos de oro jamás regresaría. Y no me importaba si el cordero se comía a la rosa, que era una flor mala. Ese adulto que no sabía dibujar boas no me engañaba, ver las estrellas le daría poco consuelo, porque también lo harían llorar por su amigo muerto.

4. En el libro de pasta dura me jacto de leer la obra en su idioma original. Me detengo en el pasaje del cordero, leo y releo los planetas; y reconozco a cada uno de los personajes que caminan por la faz de la Tierra. Siento pena por la rosa, me burlo del hombre de negocios, no le creo al zorro y amo al relámpago amarillo. Pero al final lloro ante la partida del Principito, observo la ilustración del niño que "cayó suavemente como un árbol" y me ahoga el desconsuelo. Me aferro al narrador y creo todas sus palabras. Al final amo a la rosa y pido, con fervor, escuchar los cascabeles. Y sé que soy adulto cuando me descubro cómplice de la tristeza del narrador y ya no el testigo con ojos de niño. Entonces deseo regresar al libro delgado, aunque sólo sea una traducción, o que alguien me pinte un cordero.

miércoles, 5 de agosto de 2009

lunes, 3 de agosto de 2009

Lunes de Arcanos


Carta de la semana: seis de espadas

Esta carta reafirma la presencia de la carta de la semana anterior. El número seis nos acompaña. El cambio es sigiloso, de ahí que la Torre estuviera invertida. Los cambios por hacer, o que ya asoman, no son vertiginosos; más bien son una invitación a encontrar la armonía (o acaso un nuevo orden) entre lo intelectual y lo emocional, y aun lo espiritual. Cuando un número se repite, evoco los arcanos menores y mayores que lo poseen, pues aunque no están presentes andan por ahí. En el seis de espadas se encuentra parte de la esencia de La Torre (XVI) y de Los Enamorados (VI). Es una semana para salir fuera de mi cuevita, para escuchar al que se acerque, y para demostrar afectos pacíficamente.

Para los amantes del movimiento, las pasiones épicas y los fuegos pirotécnicos esta carta puede resultar aburrida, inquietante y a veces dolorosa. Mas en este tránsito pausado el caminante será capaz de ver y observar lo que suele ignorar en otros momentos de vida.

domingo, 2 de agosto de 2009

La casa de los sueños


Ciertas noches, en sueños, regreso a una casa que hace años ha dejado de existir. A veces la casa conserva la misma vista que descubrí en mi infancia: la bugambilia en la fachada, la higuera en el patio trasero, los muebles de madera oscura y la mesita verde que ofrecía pan negro, pan de miel y embutidos al viandante. Otras veces la casa aparece escondiendo su esplendor pasado bajo una capa insípida de pintura blanca. En sueños, logro adivinar la ubicación de los azulejos, del espectro del rosal blanco sobre el cemento y del ciruelo muerto en el que habitaba un gorrión.

Pero hay noches en las que la casa me recuerda el paso del tiempo, y silente me observa. Exhibe sus entrañas vacías, y emite latidos desde el cuarto con duela donde los muertos esperan algo que yo ignoro. Y veo sus miradas extraviadas, su andar sin destino, su tristeza que armoniza con sus rostros de parafina.

Hace un par de noches regresé a la casa, pero esta vez estaba vacía como cuando alguien se muda a otras latitudes. Luminosa, limpísima, emanaba el mismo olor de cuando mi abuela trapeaba los mosaicos de los pisos. No pensé en visitar el cuarto de los muertos. Sólo me detuve ante el espejo que acaso nadie quiso llevarse en la mudanza. Extraje de mi nariz unos gusanos rosas, largos y delgados, como ligas. Semejaban hilos de goma de mascar. Los arrojé al suelo para luego aplastarlos con la palma de mi mano. Tuve cuidado, no quise incluir en mi exterminio a las hormigas amarillas quienes parecían ser los nuevos habitantes de una casa que hace años ha dejado de existir.

Cuadro: La casa azul, Marc Chagall.