lunes, 10 de noviembre de 2008

y el Imperio no quiere morir...


Y bien, el Imperio se niega a morir... y no se trata de cambios radicales, de sucesos maravillosos o la materialización de Utopía; es simplemente el curo de la historia.
Dudé en subir esta imagen, dudé en mostrar cierta emoción; pero no existió duda de que, para la mayoría de los cuarentones, el suceso poseía cierta luminosidad.
En mi infancia conocía La cabaña del tío Tom, viví el éxito de Raíces en televisión, y tuve la suerte de conocer las plantaciones de New Orleans antes de la devastación. Leí noticias sobre el Apartheid, sobre la liberación de Mandela. Me perdí en las páginas del universo sureño de Faulkner, y traté de entender.
Enfin, dudé en subir la imagen porque los Imperios son lo que son. Pero a ratos se antoja dejarse hechizar, echarse una siesta de tanta realidad y seguir al conejo blanco que nos lleve a otros mundos. Sí, se antoja tener esperanza, aunque tengamos la certeza de que la esperanza es un ser deforme y atroz... Total, hay días para el ensueño: si Alicia pudo, yo también...

jueves, 6 de noviembre de 2008

La mil y una huevas



De niña, me gustaban las sobras de las cenas de la "gente grande". Mi mamá solía montar caviar bicolor sobre queso crema. Imagino que a la mayoría de los invitados no le gustaban las huevas de pescado pues, al día siguiente del evento, siempre sobraba dicha botanita. Hace años que no como botanitas de caviar. Estoy pensando en comprarme un frasquito en el súper, total, quitamos pesos del mandado y me doy un atracón de hueva de pescado...
Aunque, pensándolo bien, creo que no necesito más huevas, ya tengo muchas, y de todos colores. Resultaría económico utilizarlas en lugar de despilfarrar la quincena en el súper. Sólo necesito comprar unas galletitas dietéticas y a embarrar: la hueva que me da revisar mi correo, la hueva que me da salir a la calle, la que me da al contestar el teléfono, la que me da al intentar renovar OSIAZUL, la que me da al entrar a las criptas, la que me da al tratar de escribir la última cuartilla de un libro, la que me da al preparar un proyecto de lectura, la que me da al tratar de hablar de los acontecimientos de moda, la que me da... bah, mejor me compro el frasquito, mis huevas han de dar indigestión y las del frasquito sólo saben chingón.