viernes, 9 de enero de 2009

Hombrecito



1. Las he contado, sólo quedan tres galletas de jengibre. Sólo una de ellas tiene forma de hombrecito. Las contemplé un rato, no he decidido si guardarlas hasta la siguiente Navidad o comérmelas de un bocado (aunque ya se acabó la tregua de los carbohidratos).

2. Pienso que lo mejor sería devorar al hombrecito galleta, que ya bastante ha huído de las manos golosas. Ha de cumplir el destino escrito en el cuento de niños: termina devorado por una zorra.

3. Y entonces descubro que lo de "zorra" no me va, no por el momento, en ningún sentido. Hoy tengo más que ver con el hombrecito galleta: he huído, he corrido, alardeando que nadie podría alcanzarme... y la verdad hace tiempo que estoy en la panza de un animal imaginario. Ahí el tiempo no tiene sentido, no hay año nuevo ni año viejo ni buenos deseos ni malos pensamientos.

4. Espero a que la cafetera haga lo suyo. Está decidido, devoraré las galletas: primero le toca al hombrecito. Me comeré una patita primero, luego la otra, luego las manitas, una por una. Quiero que sufra, que implore con su lagrimitas de azúcar. Que se arrepienta de haber huído toda su vida, que se arrepienta mientras los jugos gástricos del tiempo lo desintegran.