martes, 29 de septiembre de 2009

Azul


Ayer, entrada la noche, y tras varios días de lluvia, el cielo se entintó de ese azul profundo, cobalto, que aseguro es el susurro de la inmensidad. Imaginé, del poeta que leo, sus ahora extintos ojos azules observando aquel cielo. Lo veía escudriñar lo que yo no veo, lo veía escandir lo que yo nunca he de cantar. Lo imaginé como un sueño dentro de mi sueño; el mío repleto de cotidianeidad, el suyo ahíto de silencio.

Más tarde, cuando el azul se había dormido, trataba de escribir sobre las mujeres espectrales, la alegoría en el cuervo y la poética del universo que se materializa en las lunas sonrientes. Desde un estrado imaginario, unos ojos azules me observaban con desprecio. Todas mis inseguridades se columpiaban en mis pestañas. Me fui a dormir con el deseo de olvidar los azules de ese día.

Y soñé con lo que escribía, y seguía pensando en el esquema de lo que quería escribir. Y ahí, en el sueño, escuche la voz de los ojos azules, dulce, susurrando que todo es un sueño dentro de un sueño.

Hoy escribo esto y aquello. No importa si es nimio. Sólo urge sentir la presencia de Edgar del otro lado del río.

lunes, 28 de septiembre de 2009

Lunes de Arcano


Carta de la semana: seis de espadas

Y regresamos al seis, al movimiento sigiloso. El rey de bastos de la semana pasada nos mostró diversos aspectos y personas que alguna vez reinaron en el fuego. Ahora se han transformado. De alguna forma son muestra, o recordatorio, de que nosotros vamos hacia algún lado. Para los que creen que La Torre siempre se derrumba en un abrir y cerrar de ojos, vean esta secuencia.

En mi versión de patito de hule, me moveré. La Torre ahora es inmensa, y Los Enamorados diminuta. El desequilibrio entre todos los seis alentan este viaje.

jueves, 24 de septiembre de 2009

un año en las criptas


1. Cometí el pequeño error de ver un video que circula como el hit noticioso del momento. Cometí el terrible error de leer los comentarios. Estos se antojaban como puestos tras una gran vitrina cuyo propietario se regodeara en exhibir lo que más desprecio. Cometí el llano error de descubrir que mi desprecio es atroz.

2. En la red intento buscar lo que mi asombro desea, lo que mis pupilas gustan, lo que el teclado invoca. Así encuentro coleccionables como lo es la ilustración de esta entrada: de Laurie Lipton a quien descubrí en un blog (otro de mis coleccionables). En la vida real intento buscar lo mismo.

3. Hace un año inicié este blog. Abandoné el primero por desencanto. Hace días pensé en hacer lo mismo con este. Ser errante por errada. Pero resultaría absurdo abandonar lo que en sí encierra la esencia del abandono.

4. Evitaré observar ciertas vitrinas, para que mi desprecio dormite otro poco. Nada puedo contra la ignorancia, la vileza y la ceguera humana. Sólo sé que la última danza lo borrará todo. Y nada, a andar el nuevo año.

martes, 22 de septiembre de 2009

Santoral


Nota: Nosotros, los buscadores de la pureza,
descubrimos santos hasta debajo de las piedras.
Los impíos, no.

lunes, 21 de septiembre de 2009

Lunes de Arcano


Carta de la semana: Rey de bastos (invertida)

Hace ya un mes que predomina el par aire-fuego. Existe una búsqueda de dirección ¿pero qué es lo hay que direccionar? La Rueda de la semana anterior señalaba esta falta de "movimiento", alimentada por uno mismo y apoyada por el exterior. Este rey parece dudar de su dominio ni sentir que su trono es incierto. No hace o está por hacer.

Los triunfos semejan espejos. Lo que resulta difícil es descubrir de qué o quién es el reflejo. Puede ser el espejo propio, el del ambiente o el de otra persona. Observaré la "realeza" de esta semana.

Buscar una nueva estructura es un inicio.

sábado, 19 de septiembre de 2009

Los pollitos dicen...


Creo en la existencia del Limbo de los Versos; allí es a donde van a errar todos los versos que se han perdido por sí solos, pero también los que alguien ha escondido para crear nuevos misterios.

Hace muchos años logré rescatar un anima sola de una canción infantil. De la conocida letra "los pollitos dicen pío, pío, pío cuando tienen hambre, cuando tienen frío", encontré el verso que sigue: "y cuando han fenecido".

Suele ocurrir que los actos más ordinarios nos llevan a los umbrales. Así ocurrió el día que mi papá me llevó a una exposición de animales, en el Palacio de los Deportes. Había vacas, chivos, borregos, peces, olor a estiércol, humedad de paja y, por supuesto, pollitos. Imagino que el llevarse un pollito amarillo y lindo a casa, dentro de una bolsa de papel con agujeritos (para que respire el piquito), debe ser un ritual de toda infancia. O por lo menos de la mía sí lo fue.

El pollito llegó sano y salvo a casa para orquestar la búsqueda urgente de una caja de cartón, trapos viejos y la lámpara de escritorio para mantenerlo tibio. Para acallar el pío-pío del hambre le ofrecimos migajón remojado en leche sobre la tapa de un frasco que ya nadie usaba. Y así pasaron los días (tal vez sólo un par), atentos a acallar los pío-pío del pollito.

He conocido otras historias de pollitos en las que crecen hasta convertirse en gallinas o pollos. Algunos de ellos son expulsados de la casa: a otra casa con un patio más grande o la cacerola en la cocina de mamá. Pero mi pollito no terminó buscando lombrices en un jardín ajeno ni ahogado en el caldo con arroz. El mío se murió. Procedí a darle santa sepultura pues los niños saben, por instinto, qué hacer con los muertos. Arrojé el cuerpo en una bolsa y partí, junto con una amiga, a buscar el mejor lugar en la unidad habitacional para inaugurar un cementerio.

Encontramos unos arbustos lejos de la mirada morbosa de los otros niños, al pie de un edificio pero del lado opuesto a la entrada principal. Escarbamos la pequeña fosa con nuestros dedos y uñas cortas de niña. Colocamos el cuerpo del pollito dentro y procedimos a cubrirlo. Al final presioné la tierra con ambas manos, como si le practicara primeros auxilios, para evitar que algo o alguien desenterrara a mi muertito. Entonces escuchamos con claridad el pío-pío que salía de la tierra. Nuestro asombro-niño no nos impidió presionar la tierra una y otra vez, y sólo nos detuvimos cuando por nuestra mente cruzó la posibilidad de que el pollito seguía vivo. Abrimos la fosa con urgencia. Y nada, mi pollito seguía muerto, sólo más sucio.

Si el verso de la canción no hubiese desaparecido hubiésemos sabido que los pollitos dicen pío, pío, pío cuando han fenecido porque poseen un sistema respiratorio complejo, como el de todas las aves. Y basta que un poco de aire pase por su siringe, una cámara muscular con mebranas timpánicas, para que emita sonidos.

Al final cubrimos de nueva cuenta al pollito, mas evitamos presionar la tierra. Nos fuimos a los columpios y continuamos nuestra cotidianeidad de niñas.

Desde hace años, algunos días, recreo aquel canto subterráneo y tarareo el verso descubierto para que nadie puede olvidarlo.

lunes, 14 de septiembre de 2009

Lunes de Arcano


Carta de la semana La Rueda (invertida):

En lo personal este Arcano Mayor es de los más inasibles. Pero la frase de Jodorowsky "la aceptación de la constante mutación de lo real" resulta una guía.

La carta invertida me indica la no aceptación del fin o cambio de un ciclo. Lo que se transforma, en este caso, es necesario. Es lo que es. Positivo o negativo es el inicio de otro camino que nos toca andar.

Contrario a lo que les ocurre a otros, atesoro lo momentos de pasividad, de frágil estabilidad. Soy necia y de ideas fijas. A veces cuelgo mi estandarte de "las cosas tienen que ser como lo digo yo". Mas la Rueda, invertida, me hace un guiño.

Y bien, a girar...

viernes, 11 de septiembre de 2009

miércoles, 9 de septiembre de 2009

No soy mexicana


Acabo de descubrir que no soy mexicana. En algún lugar de la red varios usuarios se quejaban de los últimos escándalos de nuestra república bananera. En este grito virtual encontré la siguiente frase:

y quitar a todas estas ratas que nos gobiernan que ni siquiera tienen apellidos mexicanos!!

Me quedé un rato pensando en lo que sí es un apellido mexicano; pero mi reflexión dio paso a mi sorpresa: ¡ah, chinga, no soy mexicana, el Mergruen no va, y pa rematarla el Erika me jode más!

Ni modo. Pediré asilo en las criptas; y como el inútil de Roderico me conoce de años a lo mejor me da mi Green Card (que aquí es más bien Black).

Y nada, no es la primera vez que leo, escucho, veo este tipo de comentarios "patrioteros". En ellos se entiende el por qué de este tercer mundo que no se mueve. Ya no me molestan. Si no soy mexicana no lloro. Total, no importa que a diferencia de muchos mexicanos yo sí haya dedicado tiempo a leer la historia, los mitos, las leyendas, los poemas y los cuentos de este país. Y no importa que a ratos crea en que la gente "con apellidos mexicanos" sí puedan ver más allá de su nariz y logren elevar la vista.

Vale madres, me voy al consulado de las criptas, manque me pierda la fiesta del grito.

martes, 8 de septiembre de 2009

Libro nuevo y el arcano de la semana


Aquí está la portada de mi nuevo libro de cuentos. Acaban de traerme los paquetes hace un par de horas. Pueden etiquetar esta entrada como autopromoción. Total, los escritores necesitamos de nuestros lectores. Pero todo esto no tiene importancia.

Con la llegada del libro se materializó el caballero de pentáculos. Y ojo, no es un rey. Este libro no es el éxito ni me entrada al mundo de los divos. Es el recordatorio de que uno debe andar el camino con la mirada hacia el horizonte. Con la certeza de que lo que importa es el hacer y no la espera de recibir.

En algún momento este libro fue un trago amargo, es la alegoría de mis inseguridades, de lo que creí y ya no creo más. Seré honesta, cuando lo vi no me causo ningún júbilo. No abrí un paquete cuando llegó.

Entonces recordé al arcano de la semana. El libro debe alegrarme porque representa los finales que son principio, representa la posibilidad de materializar nuestro mundo creativo. Es el recordatorio impreso de que escribo porque es inevitable. Y esto es lo único que importa.

Estos cuentos están afuera ya. Tengo un nicho vacío. Es hora de empezar otro proyecto para llenarlo: la promesa del fuego está en algún sitio allá adelante, en el camino. Busquen su caballero de pentáculos. Sea.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Lunes de Arcanos


Carta de la semana: Caballero de pentáculos

Parece que el rey se ha levantado de su trono. Ha iniciado la búsqueda. Pero es un movimiento pausado, acaso porque conoce su nuevo destino. El caballero de pentáculos es el emisario de la secuencia del fuego, que es su destino último. Pero también puede ser una carta que muestre el entorno, entonces es el emisario. Veremos que noticias nos llegan del mundo tangible, o que personajes tocan a la puerta. En lo que averiguamos me dedicará a andar esta semana.

viernes, 4 de septiembre de 2009

Infinito


1. De niña no podía dormir con la cabeza descubierta. Como no soportaba respirar bajo las colchas usaba una de ellas para construir una especie de casa de campaña: atoraba un extremo en la punta de mi cabecera y cubría todos los lados cercanos a mi cabeza. Lo mío no era miedo a la oscuridad, sino a la inmensidad del cielo raso.

2. Buscando una cita sobre la simbología del corazón me topé con la palabra hebrea Ein-Sof (infinito), que hace referencia al Deus absconditus (el Dios escondido).

3. Imagino que mi miedo infantil era hacia el infinito, hacia un dios oculto cuyo rostro desconocía. El mismo que agrupaba a todas las deidades de las que ahora he leído o sobre las que he estudiado. El rostro pavoroso que el hombre materializa al proyectar su religiosidad; pero también el rostro luminoso cuando el mismo hombre temeroso logra sublimar aquello que intuye.

4. Cuando logro conciliar el sueño ya no necesito cubrir mi rostro. Sé que el Dios escondido ronda en mis días y su rostro cambia como lo hace la luna. A veces exhibe su ira, otras veces su cordura. Se disfraza de animal o de cosa; es alado o repta escamoso. Pero logra asustarme cuando se pone su túnica de La Sombra, y me tranquiliza cuando muestra la sonrisa más blanca.

martes, 1 de septiembre de 2009

Falso pescado dos


Ahora sé que el último pez ángel de mi pecera se comió la muerte del falso pescado. Hace días yace sobre la gravilla con el cuerpo gelatinoso y arqueado. La Muerte se esconde en la descomposición. La ingerimos cada día, carnívoros y vegetarianos. Porque basta arrancar una lechuga de la tierra o la naranja del naranjo para que el inicio de su descomposición sea inminente. Aunque acepto que la putrefacción de los vegetales y frutas es más agraciada que la de cualquier carne (blanca o roja). Así, la vida no es otra cosa que una lenta descomposición.

Y los mitos se han equivocado, un vampiro no debería succionar la sangre del putrefacto. Más bien debería chupar guijarros, masticar cuarzos, lamer piritas, macerar amatistas, condimentar obsidianas. No, nunca comer corales, esos son montones de cadáveres diminutos.

La pecera está casi vacía. El último pez, un neón, es sabio. No ha probado bocado del falso pescado dos. Tal vez debería sacar el cuerpo de mi último pez ángel, pero he imaginado que su nombre posee algún conjuro. En cualquier momento emprenderá el vuelo y se irá allá, lejos, donde las burbujas se transforman en nubes de lluvia.