martes, 8 de septiembre de 2009

Libro nuevo y el arcano de la semana


Aquí está la portada de mi nuevo libro de cuentos. Acaban de traerme los paquetes hace un par de horas. Pueden etiquetar esta entrada como autopromoción. Total, los escritores necesitamos de nuestros lectores. Pero todo esto no tiene importancia.

Con la llegada del libro se materializó el caballero de pentáculos. Y ojo, no es un rey. Este libro no es el éxito ni me entrada al mundo de los divos. Es el recordatorio de que uno debe andar el camino con la mirada hacia el horizonte. Con la certeza de que lo que importa es el hacer y no la espera de recibir.

En algún momento este libro fue un trago amargo, es la alegoría de mis inseguridades, de lo que creí y ya no creo más. Seré honesta, cuando lo vi no me causo ningún júbilo. No abrí un paquete cuando llegó.

Entonces recordé al arcano de la semana. El libro debe alegrarme porque representa los finales que son principio, representa la posibilidad de materializar nuestro mundo creativo. Es el recordatorio impreso de que escribo porque es inevitable. Y esto es lo único que importa.

Estos cuentos están afuera ya. Tengo un nicho vacío. Es hora de empezar otro proyecto para llenarlo: la promesa del fuego está en algún sitio allá adelante, en el camino. Busquen su caballero de pentáculos. Sea.

5 comentarios:

francisco javier casado dijo...

mis felicitaciones por el nuevo y dorado cachorro

Libia dijo...

¡Animalitos! EA
Felicidades, abrazos y júbilo. Le deseo que goce el tacto del papel que contiene sus palabras entintadas.
Disfrute este caballero que se mueve despacito y lo que trae en las manos, que puede ser dorado (como la piel de su libro) o puede ser, simplemente, pura y serena alegría.
:)

Óscar Luviano dijo...

Queremos leerlo...
Congrats, madamme.

rheinrl dijo...

yo quiero uno... :")

Alejandra Mondaca / Séptimo Sentido dijo...

what?

Yo creo que todo se resume a que un libro es UN LIBRO mi querida Erika y tenemos que festejar con bombo y platillo su llegada...

Ahora si era lo que ya no es, ¡qué mas dá! Todo lo que era ya no es al fin del día ¿no? Entonces, a olvidar las penas y a bailaaaar!

un abrazo y una afectuosa felicitación por el nuevo hijo, renegado pero hijo al fin.