martes, 1 de septiembre de 2009

Falso pescado dos


Ahora sé que el último pez ángel de mi pecera se comió la muerte del falso pescado. Hace días yace sobre la gravilla con el cuerpo gelatinoso y arqueado. La Muerte se esconde en la descomposición. La ingerimos cada día, carnívoros y vegetarianos. Porque basta arrancar una lechuga de la tierra o la naranja del naranjo para que el inicio de su descomposición sea inminente. Aunque acepto que la putrefacción de los vegetales y frutas es más agraciada que la de cualquier carne (blanca o roja). Así, la vida no es otra cosa que una lenta descomposición.

Y los mitos se han equivocado, un vampiro no debería succionar la sangre del putrefacto. Más bien debería chupar guijarros, masticar cuarzos, lamer piritas, macerar amatistas, condimentar obsidianas. No, nunca comer corales, esos son montones de cadáveres diminutos.

La pecera está casi vacía. El último pez, un neón, es sabio. No ha probado bocado del falso pescado dos. Tal vez debería sacar el cuerpo de mi último pez ángel, pero he imaginado que su nombre posee algún conjuro. En cualquier momento emprenderá el vuelo y se irá allá, lejos, donde las burbujas se transforman en nubes de lluvia.

4 comentarios:

Georgells dijo...

Impresionante.

¿Qué será lo que aún percibe ese otro pez, el neón, solo en su jaula de cristal...?

Abrazo!

G.

Libia dijo...

Pez ángel, pez neón... me suena a cyberpunk místico :D :D

A lo mejor uno brilla en la oscuridad y el otro, más bien, cesó su vuelo de agua :(

Saluditos.

Rax dijo...

Ande, ande: compre nuevos peces y dele nueva vida a esa pecera. Y saque el caráver antes ;)

rheinrl dijo...

"...debería chupar guijarros, masticar cuarzos, lamer piritas, macerar amatistas, condimentar obsidianas..."

pero cuánto verbo en infinitivo y sustantivos inusuales y brillosos... se vé que os inspiró el informe :p