jueves, 11 de noviembre de 2010

Escritor/Escritora


Llegará el día en el que el género en las profesiones no tenga importancia, en el que el uso de la arroba no sea el guiño de la equidad. Pero ese día no ha llegado ni lo hará en corto. Lo que ha regido en siglos de civilización no se transformará en unas cuantas décadas. Son las reglas del juego.

Sí, llegará el día en que los roles no tengan género; en el que hombres y mujeres puedan elegir las actividades y los intereses que los hagan sentir plenos lejos de cánones impuestos. Pero mientras ese día llega resulta vital levantar la mano y señalar lo que ha de ser erradicado.

Hace unas semanas Gabriela Damián, escritora, escribió en su blog sobre el debate que siguió al artículo Extraños números de Fernando Escalante. Nada de lo que se dice en ambos artículos es novedad: escritores y escritoras, lectores y lectoras, lo sabemos. Sin embargo, como escritora, me complace descubrir que las estadísticas ocupan a algunos.

Observo que en mi agenda hay más nombres de escritores que de escritoras. Antes de creer que mis relaciones sociales padecen algún tipo de misoginia, reconozco que en ciertas profesiones el "ellos" posee la mayoría. He sido tallerista y sé que en los años venideros el porcentaje cambiará; siempre y cuando escritores y escritoras promovamos espacios para la creación y despertemos en las personas la urgencia por la lectura.

No creo que la literatura tenga género, resulta aberrante. Las letras de Yourcenar son más allá de que fueran escritas por una mujer; las letras de Faulkner son más alla de que fueran escritas por un hombre. Pero la palabra escrita sí tiene la capacidad de mostrar los géneros en un determinado contexto. Así lo hace Luis González de Alba en ¿Cuotas por género?. En su respuesta histérica a Escalante, González de Alba simpatiza con los clichés que debemos destruir. Quiero creer que su artículo era un ajuste de cuentas con Escalante (por motivos que los lectores desconocemos); pero le salió el tiro por la culata (me permito tomar un tono más "macho"). Si un miembro del Comité Editorial de la revista Nexos es capaz de escribir tal artículo, no es de extrañar que algunos sospechen que en la elección de articulistas "hay gato misógino encerrado"; y de que dudemos que Nexos sea una de las revistas de mayor prestigio intelectual en México.

El debate continúa, y continuará. Escalante respondió en Más sobre los extraños números, mientras que Alberto Chimal compartió su punto de vista en ¿El sexo de la escritura?

Como escritora, como escritor, creo que deberíamos ocuparnos de las letras; de lo que queremos crear con ellas, de lo que queremos comunicar con ellas, más allá de los brincoteos de la jauría. Si nos enfrascamos en competencias de animalitos en celo, la palabra escrita pierde su quinta esencia y se convierte en el reflejo detestable de lo que no hemos podido cambiar.

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