domingo, 29 de noviembre de 2009

El diario de la tibia (Diario íntimo de Roderico)


Querido diario:

Te saludo con la respiración entrecortada y gotas de sudor en mi pulida frente. Nunca se debe dar por sentado que el día en curso no será nuestro último día sobre esta tierra gris. Los peligros acechan hasta en el vientre de un muñeco de jengibre.

Horas antes, mi ama entró a la casa exhibiendo una inusual sonrisa. ¡Traje un amigo a casa!, me dijo, ¡es un muñequito de jengibre! Sin más, colocó al susodicho en el sillón de la sala.

Hice lo que cualquier mente lógica hubiera hecho, además de que se acercaba la hora de la merienda. Le dí una mordida al muñeco. Pero cual no sería mi sorpresa al descubrir que aquella galleta estaba rellena de borla. El verdadero horror vino después, cuando mi ama, cuchillo en mano, gritaba tras de mí: ¡suéltalo, salvaje!, ¡escupe, escupe, desdichado!

He salvado la vida gracias al bote de la basura, en el que estuve escondido por casi una hora. Olvidé que mi ama disfruta de llenar sus vacíos existenciales con muñecos de felpa, y que su estúpida Navidad llegó a casa antes de lo acostumbrado.

Me escabullí para escribir estas líneas mientras mi ama reparaba el vientre de la no galleta con aguja e hilo. La he escuchado decir que irá a comprar otro muñeco, un guardián para su hombrecito galleta. Mejor sería que horneara galletas reales, así su ser pueril tendría utilidad.

En espera de nuevas anécdotas,
tuyo, y egregio,
Roderico.

4 comentarios:

Georgells dijo...

Los celos son siempre motivo de grandes tragedias... aún cuando sean tristezas de tibia y de jengibre...

Abrazo!

G.

rheinrl dijo...

jajajajaja

Erika Mergruen dijo...

Así es, Llagunísimo, Yago lo sabía :p

che Roderico culebra... Jijo, cancerbero, necesito su dire pa mandarle el libro.

Paloma Zubieta López dijo...

¿Sigue vivo el hombrecito de galleta o Roderico lo despachó? Me muero por saber el desenlace de esta historia de celos y traición.