viernes, 24 de septiembre de 2010

Soup de Jour / Sopa del día


Conforme pasan los años en la red, uno elabora su menú personal. Páginas de literatura y pintura, sitios lúdicos, redes sociales y demás han sido clasificados en entradas y entremeses, platos fuertes, postres y bebidas. Nuestro menú se ajusta a nuestra "ingesta calórica intelectual".

A veces, con un poco de suerte, el chef invisible que habita en los servidores del mundo nos ofrece la Soup de Jour (sopa del día). La probamos. Su sabor reconforta y sorprende.

La ilustración Soup de Jour ahora es una sopa más en mi menú virtual. Vayan y saboreen el trabajo de Kristin Tercek, una auténtica delicia.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

La Huerfanita



Algunos niños cantamos La Rueda de San Miguel, Doña Blanca, Mandundirun o Arroz con leche; otros cantaron La Huerfanita. No conocía esta ronda infantil, es un coleccionable. Va:

Pobrecita huerfanita
sin su padre ni su madre
la echaremos a la calle
a que junte la basura
siempre la recogeremos
a que llore su aventura.
¿Qué pasa?

Cuando yo tenía a mis padres
me daban mi chocolate
ahora que ya no los tengo
me dan agua del metate.

Cuando yo tenía a mis padres
me paseaba en un tren
ahora que ya no los tengo
me pasean en un sartén.

Pobrecita huerfanita
sin su padre ni su madre
la echaremos a la calle
a que junte la basura
siempre la recogeremos
a que llore su aventura.
¿Qué pasa?

domingo, 19 de septiembre de 2010

1985-2010


Hago la parada, el taxi se detiene, abordo. Vamos al centro. Inicio la conversación. Las más de las veces disfruta platicar con los taxistas, tan llenos de historias. Tomamos el Viaducto, hay un poco de tráfico, no nos sorprende. Platicamos inmersos en los carriles de metal. De repente, a lo lejos, vislumbro un centro comercial. "Se llama Parque Delta" dice el taxista. "Pero ahí estaba el Estadio de béisbol" le digo yo. "Era la morgue" replica el taxista, "no tenían que construir esa cosa ahí".

El taxista me relata su labor en ese lugar. Tras el terremoto de 1985, por azar, se une al grupo que trabajó en la identificación de cuerpos en el estadio. Su relato es espeluznante. A casi un cuarto de siglo del suceso, el hombre lleva sobre los hombros el horror y el dolor. Me dice que todavía tiene pesadillas, ya no diario, pero sí cada tercer día. El hombre trata de borrar sus lágrimas con el dorso de la mano. Detiene la unidad. Está pálido. Le digo que los hombres sí pueden llorar. Le pido que haga algo, que busque ayuda, que nadie debe cargar tanta muerte. Sólo la ciudad puede, porque es inmensa. El hombre rompe en llanto. Afuera, los rines y los cláxones.

Llego a mi destino. Me asusta descubrir la fragilidad de todos los que caminan por esa calle, de todo lo que apunta al cielo sombrío del atardecer. Me asusta mi propia fragilidad. Me llega ese olor dulzón que flotó en la ciudad hace tantos años, culpo a las alcantarillas. Dejo encerrados a los recuerdos en los edificios que ya no están, en los que sí estuve; y cuyas ausencias no logran ser remplazadas por las luces neón de ningún centro comercial.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Como un sol entre céfiros y trinos...

1. Esta hermosa bandera perteneció al Regimiento de la Muerte, organizado por José María Cos en 1811 para luchar contra los realistas. Dicho regimiento defendió la ciudad de Zitácuaro del ataque de las tropas realistas lidereadas por Félix María Calleja. El ataque se llevó a cabo el 2 de enero de 1812; ante la superioridadde los realistas, los insurgentes tuvieron que abandonar la ciudad.

Como en otras fechas festivas, los medios y su mercadotecnia terminan por convertir los festejos en metáforas muertas. A pesar de ello me empeño en decorar mi casa, y en cocinar los platillos propios de cada fecha.

Hoy, por ejemplo, no festejo por festejar. Rindo un mínimo homenaje a los personajes que en algún momento de nuestra historia llevaron su convicción hasta las últimas consecuencias. Porque he tratado, como mejor he podido, de sostener lo que pienso y de que mi hacer tenga coherencia con ello. Respeto a aquellos que lo hicieron; no podría escupir sobre sus tumbas.

2. No sé qué pensó Venustiano Carranza al elegir el mito Azteca para terminar de definir nuestro Escudo Nacional. Tal vez era un visionario y supo plasmar nuestro centralismo.

Llegaron entonces allá donde se yergue el nopal, cuenta la historia que terminaría en exterminio. Me gusta creer que en la bandera ondea la cosmogonía azteca: el ave, dios solar, que devora a la serpiente, dios que se sacrifica para crear a los hombres del maíz.

Pero a ratos siento que el inconsciente colectivo percibe la derrota de un imperio aunque este sea tan ajeno a lo que somos hoy en día. Acaso llevamos sobre los hombros un vergüenza que ya no nos corresponde.



3. Hace unos días esta caricatura causo revuelo en la red. Las posturas fueron encontradas. No veo la ofensa sino el horror de la verdad que sólo los caricaturistas pueden capturar en una imagen. Este no sólo es el México de hoy, la comunión del águila y la serpiente se ha visto postergada más de una vez. Basta leer nuestra historia, querer conocerla y comprenderla.

Detrás de la Fiesta del Bicentenario, del artificio que han creado los medios, los intereses políticos y económicos, están los individuos que habitan una misma geografía.

En este país respiro. Escribo mis textos en español. Es en estas calles de México donde he conocido a gente que quiero, a gente que respeto. Cocino los platillos condimentados que elaboraba mi abuela. Celebro esto, no a un gobierno. Celebro este lugar, donde transcurren mis días soleados y mis días nublados.

Según la simbología la lucha del águila y la serpiente no es otra sino la lucha entre la vida y la muerte. Somos los peones de esa batalla, no importa en qué lugar del mundo nacimos.

De lejos estuvieron mirando al águila
su nido de variadas plumas preciosas
Plumas de pájaro azul
Plumas de pájaro rojo

lunes, 13 de septiembre de 2010

El espejo bajo el agua


Hace algunas semanas mi sueño transcurrió en una locación ya conocida: una casa. La novedada radicaba en que, en el patio trasero, existían varios cuartos llenos de trebejos. Alguien abría las puertas una a una, una especie de portera, y me mostraba los nuevos espacios. Al principio sentí desazón al imaginar cómo diablos se podría limpiar aquel mugrero; pero al detener la vista en los objetos reconocí algunos como parte de recuerdos que se han diluído. Aun los cuartos, de características varias, eran lugares en los que estuve hace muchísimos años: el comedor de un departamento, el baño de la casa de una amiga, la zotehuela de un primer piso.

Mientras la portera me indicaba que había serios problemas de filtración en todos los cuartos, descubrí un espejo. O lo que había sido un espejo pues sólo algunos fragmentos se aferraban al marco de madera ovalado tallado. Las figuras barrocas sostenían un pergamino con un texto en una caligrafía perfecta, pero en un lenguaje que no entendí. Dije: tenemos que conservar esto, es vital saber lo que está escrito aquí. Y el sueño continuó con la inspección de mis propiedades descubiertas.

**

Noches después regresé a este mundo onírico. No había hecho caso de las filtraciones. La mayoría de los cuartos ahora eran inaccesibles, las entradas estaban a ras de piso, como si la tierra los engullera. Todos estaban inundados. Mas sentí alivio al descubrir el cuarto del espejo con el acceso disponible. Entré, los muros agrietados parecían fuentes y muchos objetos ya flotaban en el piso. Toda la devastación del agua se reflejo en el espejo inexistente de la pared al descubrir que la tinta había desaparecido del pergamino. Sentí un tremor, y salí. El cuarto se hundía.

**

Jamás sabré qué decía aquel texto. El espejo ahora yace bajo el agua. Tengo la certeza de que todos esos objetos ahogados son recuerdos que he perdido. Los recuerdos que poseemos son sólo un puñado. Esos que evocamos una y otra vez: "estos son mis recuerdos". El tiempo y el espacio no están acompasados. Al final elegimos las mejores fotos para el álbum, las otras se quedan guardadas en cajas de cartón o de lámina en espera de la devastación del agua. Creo que los sueños las amortajan.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Especial de Tarot en Guardagujas (segunda parte)


Ya está en línea la segunda parte del Especial de Tarot en el suplemento Guardagujas.

En esta ocasión no sólo celebro el que mis letras estén impresas. Leo los nombres de nuevos y viejos conocidos. El número no tiene desperdicio. Vayan y lean los rostros de los arcanos.

Luces a Edilberto.