domingo, 29 de noviembre de 2009

El diario de la tibia (Diario íntimo de Roderico)


Querido diario:

Te saludo con la respiración entrecortada y gotas de sudor en mi pulida frente. Nunca se debe dar por sentado que el día en curso no será nuestro último día sobre esta tierra gris. Los peligros acechan hasta en el vientre de un muñeco de jengibre.

Horas antes, mi ama entró a la casa exhibiendo una inusual sonrisa. ¡Traje un amigo a casa!, me dijo, ¡es un muñequito de jengibre! Sin más, colocó al susodicho en el sillón de la sala.

Hice lo que cualquier mente lógica hubiera hecho, además de que se acercaba la hora de la merienda. Le dí una mordida al muñeco. Pero cual no sería mi sorpresa al descubrir que aquella galleta estaba rellena de borla. El verdadero horror vino después, cuando mi ama, cuchillo en mano, gritaba tras de mí: ¡suéltalo, salvaje!, ¡escupe, escupe, desdichado!

He salvado la vida gracias al bote de la basura, en el que estuve escondido por casi una hora. Olvidé que mi ama disfruta de llenar sus vacíos existenciales con muñecos de felpa, y que su estúpida Navidad llegó a casa antes de lo acostumbrado.

Me escabullí para escribir estas líneas mientras mi ama reparaba el vientre de la no galleta con aguja e hilo. La he escuchado decir que irá a comprar otro muñeco, un guardián para su hombrecito galleta. Mejor sería que horneara galletas reales, así su ser pueril tendría utilidad.

En espera de nuevas anécdotas,
tuyo, y egregio,
Roderico.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

martes, 24 de noviembre de 2009

Dulces sueños, Ignatius


Hace años mi padre llegó a casa con un libro de portada amarilla, aderezado con esta imagen. Al terminar su lectura me dijo que tenía que leerlo, que era de colección.

He leído tres veces La conjura de los necios, he comprado y regalado ejemplares; y todavía insisto en su lectura cuando descubro a alguien que no conoce a Ignatius. Es un libro inmenso, como su protagonista.

Este domingo encontré un "asombro" en La Jornada Semanal. Y no en el pretensioso Bazar de Gutiérrez Vega, quien demuestra que muchos poetas mueren años antes de danzar con la muerte verdadera. (¿Acaso sus súbditos no le han dicho que sus textos son de hueva?).

No, el asombro tampoco se encontraba en las columnas grises de los súbditos mudos de este suplemento. El asombro estaba en la conjura de esta página.

El artículo viene de otro país, de otro periódico; para la suerte del lector, el trono baldío de los intelectuales de La Jornada suele compartir su reino. Aunque se antoja aquello de ¡muera el rey, viva el rey! Pero eso es harina de otro costal, hoy recordamos al buen Ignatius.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Lunes de Arcano


Carta de la semana: Diez de espadas

Sobre aviso no hay engaño, mi reina de espadas casi siempre termina invirtiéndose. No me asombra que el aire lo invada todo. Que el aire apague todo y olvide su papel de retroalimentación. Más que librarme de esta carta me queda reconocer la secuencia, aunque no me es ajena. Me quedan muchos lunes de arcano para aprender a controlar la espada de esa reina.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Lunes de Arcano


Carta de la semana: Reina de espadas

Siempre he tenido mayor deferencia por las reinas de agua y de fuego. La de espadas me era ajena, supongo que por los momentos de vida que me han tocado. Hace tiempo la Reina de espadas o La Justicia me provocaban molestia. Hasta ahora logro asir su significado. De los triunfos del tarot, es esta la carta que he evitado. Pero ahora el aire es la vía para que el agua quieta inicie su transformación. El aprendizaje nunca termina, pero este es arduo. Negarlo nos regresaría a las tenazas del cangrejo lunar. Y ya estuvo bueno de zozobras.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Cashmere


Aun las personas que poseen el privilegio de tener todos los sentidos, desarrollan más unos que otros. Se refleja cuando hablan, cuando aprehenden el entorno; y en la palabra escrita afecta su elección de sustantivos y verbos.

Aunque mis manos encuentran los jitomates maduros, dedican horas al teclado, son diestras en el lavado de platos y en el pintado de muros, el tacto no es mi sentido más desarrollado. No pertenezco al universo de las texturas, a lo que está frío o tibio; no uso las palabras áspero, rugoso, terso... ni siquiera estoy segura de poder hacer una lista con 10 palabras del catálogo "tacto". Todavía más, tras años de compartir mis días con la estufa, las yemas de mis dedos disfrutan de cierta insensibilidad ante el fuego. Sin embargo, me detengo a tocar las telas que cubrirán mi cuerpo pues muchas de ellas me incomodan. Será que nuestro sentido "más débil" es, precisamente, nuestro talón de Aquiles.

Pero de los escasos asombros que me dado el tacto, está la textura del cashmere. Creo que la primera vez que toqué una prenda de esta lana fue cuando mi madre viajó a Europa por primera vez. A mí me regaló un suéter color rojo, pero esa prenda era de una calidad inferior al que le había traído a mi padre. Su suéter color gris Oxford era inaudito, parecía estar vivo, como si se tratara de algún animalito fantástico. Cada vez que lo descubría en la cómoda u olvidado en algún sillón, lo acariciaba con placer casi idéntico al que me da comer.

Años después alguien me regaló un suéter del mismo color, el cashmere es casi tan terso como el suéter de mi padre. Mas el ritual es idéntico cuando lo saco de mi cajón o lo regreso a su reposo.

Ayer soñé con un suéter. Estaba en un parque, buscando el camino a casa. Malamente la noche me agarró. Por el sendero apareció un niño cuyo rostro era el de un adulto. Trató de arrebatarme la chalina que cargaba en mi antebrazo derecho. Con un leve tirón me libre de la fechoría. En ese instante me extrañó andar tan ligera de ropas, recordaba que hacía frío en el día (me había ido a la cama muerta de frío). El niño aprovechó mi distracción para tirar de lo que yo traía en la mano izquierda: un suéter de cashmere. Sentí su textura al apretarlo con fuerza, no recordaba traerlo. La fuerza sobrehumana del niño me atemorizó, di el suéter por perdido. Pero mayor fue el temor de perder esa textura placentera, esa prenda semejante a un animalito. Tiré del suéter hasta verlo deformado, su color escarlata contrastaba contra el marrón del sendero. Al final, gané. El niño huyó.

Hoy no entendía el por qué de la intensidad de esa textura en el sueño. Tampoco entendía el por qué de mi ira ante la posibilidad de perder una prenda de ropa. Mi guardarropa no tiene prioridad alguna. Pero fui al cajón para verificar que mi suéter gris Oxford estuviera listo para este invierno. Ahí estaba. Al tocarlo con mi mano izquierda la sensación fue diferente. Hace meses que la tengo "medio dormida". Sé que debo ir al doctor. Me falta la ira. O sentir temor ante la posibilidad de que mi mano se duerma para siempre.

lunes, 9 de noviembre de 2009

Lunes de arcano


Carta de la semana: La Luna

A ratos creo que debería publicar a modo de "updates" los sucesos o elementos que ilustran cada carta semanal. Ocurre que algunos son puente entre una carta y la que seguirá. Pero materializar la intuición en la palabra escrita requiere tiempo que he perdido, acaso en el lago de la Luna.

Creo que los insomnes no duermen por miedo; por miedo a morirse por un momento o por miedo a no "estar". O ante el temor de que algo aceche mientras se pierden en los sueños. El arcano de esta semana abre la puerta al mundo de los sueños, a todo aquello que no se ve a simple vista; pero también muestra la cara oculta de la luz solar.

La Fuerza y El Ermitaño están presentes. La Fuerza ha estado en las últimas semanas. El Ermitaño aparece como la encrucijada, aunque el camino no es el de la claridad ni está en el exterior. El caballero del agua debe encontrar la dirección dentro de sí mismo, aunque tema.

domingo, 8 de noviembre de 2009

Raúl Navarrete, dulces sueños...


El 5 de noviembre se cumplió otro aniversario luctuoso de Raúl Navarrete. El 5 de noviembre también se cumplió otro aniversario de su nacimiento. Sé que algunos archivos y algunas páginas con su obra flotan en la red. Sé que ojos nuevos lo descubren y lo acunan. Pero temo todavía que su nombre se diluya, que su obra guarde silencio en los libreros polvosos de algunos, o sea devorada por el moho de las librerías de viejo.

Allá, en el cielo azul, pueden encontrar una descarga de la novela El Oscuro Señor y la Señora; y en La Guillotina un poemario que se encuentra en el libro de narrativa (suena raro, pero así es) El sexto día de la creación.

A los ojos que lleguen a las criptas: vayan, lean, y deseen dulces sueños a maese Raúl.

viernes, 6 de noviembre de 2009

40 aniversario


Y a ratos hasta disfruto vivir con mis fantasmas; porque no todos son hielo y fuego. Los últimos días sonrío cada vez que aparece la página de Google. No importa si soy más vieja que Plaza Sésamo, o si los lugares donde canté "El patito de hule" ya no existen, ni sus televisores ni sus habitantes. No importa si la marca registrada del Imperio alteró la falsa identidad del país de mi infancia. O si otros personajes desplazaron a los originales. Yo sonrío al descubrir la nueva imagen en el Google, con la misma dulzura con la que uno lograba sonreir en la infancia. Así, por unos segundos, todo posee la sencillez de los colores primarios y del movimiento de las marionetas.

Y tal vez, ahora que cobre, me decidia a llenar el vacío que dejó mi Monstruo Comegalletas de peluche; el mismo que sufrió un ataque de mi perro perdido, el mismo que me observaba con sus ojos saltones, y que se perdió en alguna mudanza (en aquella en la que uno cree que ha dejado a su infancia encerrada en una caja). Sea.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Lunes de Arcano (atrasado)


Carta de la semana: caballero de copas (invertido):

Lo dicho: con La Fuerza de la semana pasada salimos a buscar nuestro Graal. Aunque extraño a los elementos activos, el agua siempre tiende a estancarse. Y no, en esta historia el río no tiene crecida.